Mucho puede acontecer en un año. Sin embargo lo que sucede dentro de ese relativamente breve marco de tiempo suele ser el resultado del trabajo realizado a través de un periodo más largo. Por eso en este espacio te invito a que abordes el 2017 con una visión 20/20 para el 2020. En otras palabras, emprende con un horizonte de por lo menos tres o cuatro años de modo que tengas suficiente margen para generar cambios creativos-destructivos de carácter superlativo. Cambios que desplacen a lo viejo de inferior desempeño con innovaciones que generen mayores y mejores productos usando menos recursos.
Esos cambios y esa visión a la cual me refiero se construye utilizando lo que ya tienes en abundancia relativa aplicado a oportunidades que demanden tu riqueza de manera intensiva. Sea tu riqueza tiempo, capital o experiencia es preciso la inviertas en una o varias actividades específicas con un horizonte de tiempo que vaya mucho más allá de una resolución de año nuevo. No solo eso, a ese insumo o factor de producción que posees abundantemente bajo tu jurisdicción tienes que agregarle valor. ¿Cómo? Combinándolo con uno o varios factores externos que lo conviertan en un producto fresco con cualidades diferenciales que le abran espacios en mercados tanto locales como internacionales.
A medida que consideras en qué eslabón de la cadena de valor te insertarás como emprendedor identifica las asimetrías y las capacidades ociosas de la economía. ¿Qué son las asimetrías? Las ineficiencias y desequilibrios, especialmente en lo que respecta a la información que posee el productor frente al consumidor o viceversa. Estos desequilibrios son, en esencia, brechas para penetrar industrias ya hechas a través de la canalización de información a los demandantes y oferentes que operan en la dinámica de crear e intercambiar valor. Las capacidades ociosas, por su parte, son aquellos recursos que ya existen, pero que por una u otra razón o sinrazón no están siendo aprovechados en la necesaria gesta de generar riquezas para sacar a nuestros pueblos irreversiblemente de la pobreza.
La plataforma Uber es un ejemplo perfecto de un emprendimiento que aprovecha tanto las capacidades ociosas como las asimetrías presentes en la economía. Lo hace conectando al demandante con el oferente en un sistema que usa intensamente recursos que Uber posee en abundancia relativa: información y tecnología. El chofer de Uber combina su capital (vehículo + tiempo) con la tecnología para rendir un mejor servicio a un precio competitivo en un mercado cada vez más digitalizado y simplificado para el usuario.
Antes de que la mencionada empresa entrara al mercado muchos de los choferes de Uber tenían su capital (vehículo + tiempo) en estado ocioso. Laboraban en su empleo regular y al terminar la jornada del día se iban a sus casas a descansar. Ahora, registrados en el sistema Uber, deciden trabajar unas cuantas horas extra para generar un ingreso adicional. Algunos de estos choferes estaban totalmente desempleados y ahora están trabajando en la plataforma Uber a tiempo completo lo que representa una ganancia significativa en productividad gracias a la entrada en operación de capital ocioso en un negocio sostenible y redondo. Sostenible y redondo gracias a la disminución de asimetrías en el mercado a través de la recopilación y diseminación de datos los cuales a su vez se transforman en información para inmediata monetización.
Negocios como ese se desarrollan con una visión 20/20 que va más allá de la inmediatez del 2017. Así que avanza paciente, enfocado en el largo plazo, silentemente aprovechando al máximo tu riqueza relativa y gestionando modos de combinarla con nuevas tecnologías para con ellas allanar asimetrías haciendo uso de recursos ociosos para el desarrollo de extraordinarios negocios.