De macho a hombre
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- Publicado: Viernes, 05 Febrero 2016 05:59
- Escrito por Jonathan D'Oleo Puig
El macho se mide de cabo a rabo; el hombre de la cabeza al cielo. El primero se fija en las vanas apariencias; el hombre, en cambio, se fija en la pureza de la esencia.
A sus treinta, cincuenta y setenta años el macho es todavía un muchacho. Se mueve por instintos, rechaza los principios y del pecado es fiel esclavo. Dice ser cabeza, pero lo que posee es una poderosa cola que con su bruta fuerza nubla la inteligencia.
Con instintos de muchacho el macho se hace de poder. Dice interesarse por el bienestar de los demás, pero su interés carece de compromiso. Busca ser visible; siempre el primero. Su objetivo es escalar sin importar atropellar a miles de decenas que no tienen pa’ la cena.
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